Una vivencia es una experiencia que, consciente o inconscientemente, se incorpora a nuestra personalidad. La idea de un taller vivencial es la de poder experimentar, más acá y más allá de la conciencia, sensaciones, emociones, pensamientos a través de distintas expresiones: los cuentos curan, nos transportan a la niñez que no está perdida, nos hacen navegar por las profundidades del alma y nos vuelven a depositar en la orilla de esta realidad. La pintura nos eleva al infinito cielo y nos permite llorar sin lágrimas, reir sin labios y atrapar los sueños de la intuición. El trabajo biográfico crea un puente entre la conciencia y lo que está dormido, callado, mutilado, silenciado y también con lo que está esperando florecer.

La biografía humana es un hilo conductor mediante el cual comenzamos a tener conciencia de la propia vida. El trabajo consciente sobre nuestra propia biografía genera la comprensión por la biografía de otra persona y nos ayuda a construir un puente hacia ella. La biografía humana se divide en septenios o períodos de 7 años: 3 septenios del cuerpo (0-21 años), tres septenios del alma (21 a 42 años) y tres septenios del espíritu (42 a 63 años). A través del trabajo biográfico podemos ofrendar algo a la propia niñez; redescubrir virtudes; desempolvar secretos.